MANTO DE DIOS

Papá… soy tan joven, tan inútil, tan bobo,
Tu tan grande, tan sabio, tan todo,
Mis palabras desvanecen poco a poco,
Ante tu grandeza el mundo queda corto…

Papá… soy yo, voltea, estoy aquí abajito de ti en la tierra… se que aunque tengas otro millón de cosas en que ocuparte me escuchas, se que estas conmigo, y se que me reconoces como tu hija… ¿pero te digo algo? He estado muy confundida, muy perdida, muy sola… ¿De qué manera puedo empezar a explicarte todo aquello que me acongoja y me hace sentir una criatura miserable y ruin ante Ti papá, ante Tu luz que ha intentado salvarme por todos los medios gracias a Tu inmenso amor?
¿Qué es de mi si no otra cosa que un vil humano perdido dejándose llevar por la muy sínica concupiscencia como pretexto de sus horrores?.. ¡OH!, quise decir, errores. Me encantaría poder librarme de todo aquel impedimento mundando y carnal que me aleja de Ti, pues solo en Ti podré encontrar la eterna felicidad. Ya no quiero preocuparme por cómo me ven, como me veo, que voy a usar, o que esta de moda… solo quiero encontrarme contigo y pertenecer única y completamente a ti.
Es difícil comprender el por qué de esto y el por qué del otro, ya que si me pongo a cuestionar cualquier situación, acabaría justamente en el punto donde comencé. Por dicha razón el mundo esta plagado de una ignorancia espiritual incontrolable, porque no inyectamos nuestro corazón con tu fe y tu verdad. ¡Cuantas personas no te hemos defraudado haciéndonos preguntas estúpidas! Dudando, dejándonos manipular y olvidar de servirte como lo que eres… El rey y Señor de todo lo creado.

Papá… siento vergüenza… me da pena pedirte perdón otra vez, suplicarte misericordia y hacer que olvidemos el pasado para empezar un nuevo presente, para que este presente solo este lleno de bendiciones y de amor; para que este nuevo camino se vea invadido por gracias que llegaran del cielo por medio de los angelitos…
Me he dado cuenta que aún antes de que naciera, me amabas, me diste nombre, me diste dos ojos, dos piernas, y dos manos, porque hay una misión guardada para mi en tu libro de la vida. Quisiera conocer cuál es, para dedicarme lo poco que me reste en la tierra a hacer tu santa voluntad. Se que fui creado para obedecerte y para seguir tu camino, y te prometo que es lo único que deseo en este momento… hacerte feliz y que te sientas orgulloso de haberme dado la vida; que te sientas orgulloso de que yo sea tu hija y de que valió la pena haber mandando a Jesús a sufrir aquí a la Tierra, porque habemos gente que si entendimos el mensaje y que no queremos pecar más.

Me gustaría poder decirte que jamás te voy a volver a ofender, que me perdones mi trayectoria hasta este último minuto y escuchar dulcemente de tu voz que estoy perdonado, que todo saldrá bien. Pero no… aún sabiendo que tu misericordia es inmensa, sigo encaprichada en desobedecerte y en seguir a Satanás…
¿Por qué el es tan malo papá? ¿Por qué no nos quiere dejar llegar a ti sin todas aquellas tentaciones que nos hacen caer, caer, y volver a caer en el pecado?...
¿Por qué el se alimenta de nuestras angustias y se refresca con nuestras lágrimas? ¿Por qué nos quiere ver hundidos en el infierno durante más tiempo que la eternidad de las eternidades?
Se que no hay justificación para mis errores, pero últimamente me he dado cuenta que me quiere alejar de Ti a toda costa tentándome… porque es asusto, ya que conoce mis debilidades. ¿Pero sabes cuál es la esperanza que hace que mi alma siga viva?... Que estas Tú, que vas mas allá de lo explicable para mi razonamiento humano, ya que eres 70 veces 7 infinitamente más. También me alienta que hay un paraíso que me esta esperando con las puertas abiertas siempre y cuando obedezca tu voz… Permíteme demostrarte que puedo llegar a la santidad y que el día que Tu decidas, voy a viajar hasta allá en donde esta el Padre, el Hijo y El Espíritu Santo…. Allá dónde voy a encontrarme con mi mama María, y dónde voy a poder sentir la inmensa felicidad que jamás alguien haya sentido aqui.

Voy a llegar papá, espérame con los brazos abiertos…
… te lo prometo por mi amor.

Poema de: Maria Ines Roman Jimenez, de México